Últimamente proliferan mucho los terminales de cuerpo unibody en el entorno Windows Phone como los Lumia 800, Lumia 900, Lumia 920, HTC 8X y también fuera del entorno WP como por ejemplo el iPhone.

La imposibilidad de extraer la batería y por lo tanto la incapacidad de cambiarla, es algo que a muchos usuarios les resulta un hándicap y les hace dirigir sus ahorros hacia otras opciones.

Hoy pretendemos poner sobre la mesa los pros y los contras de esta opción para que cada usuario tome su propia decisión.

A favor de los teléfonos de cuerpo cerrado están la mayor resistencia, la estanqueidad de la estructura que impide la entrada de suciedad y los fallos de funcionamiento que esto puede provocar, la posibilidad de forzar los diseños crenado terminales más elegantes y limpios de líneas.

En contra básicamente solo hay una pega, que es obvia, la incapacidad de cambiar la batería. Esta acción se puede necesitar por dos circunstancias, por tener 2 o más baterías y conseguir mayor autonomía o por fallo de la batería.

Con los problemas de autonomía que tiene la gran mayoría de smatphones hoy en día, no es mala idea el tener dos baterías cargadas cuando tenemos por delante una dura jornada de trabajo, y esto no podremos hacerlo con los equipos unibody. Este no es el problema más grave, lo solucionaremos con cargadores de coche, móviles, o buscando alguna fuente de energía con cable o sin él.

Ahora, el mayor problema y el que temen muchos usuarios es el posible fallo de la batería, si tenemos la mala suerte de que una batería se nos estropee en uno de estos equipos tenemos un problema por qué las opciones pasan por ser un manitas y hacer el cambio nosotros mismos abriendo el terminal manual técnico en mano o enviar el teléfono a un servicio técnico, con el sobrecoste añadido y el periodo de tiempo sin equipo que esto supone.

De todos modos, el mayor problema que pueden sufrir estos equipos es el excesivo deterioro de las baterías. Cierto es que ya pasamos los tiempo de las baterías de Niquel y su famoso efecto memoria que podía reducir su capacidad energética a la mínima expresión, pero aun así las baterías sufren y pierden capacidad con el tiempo. Y esto se puede convertir en un problema de calibre, al tener el equipo ya un tiempo, seguramente nos salga más a cuenta gastar el dinero en uno nuevo que reparar el que tenemos, y muchos usuarios no podrán adquirir un equipo de la misma gama o incluso inferior ahora que las operadoras no subvencionan los terminales.

Por norma general las baterías no empiezan a demostrar agotamiento hasta los 2 años a más de uso. Este era un periodo de tiempo sobrado dentro de la vorágine de cambio de equipos en los que estábamos sumidos, donde prácticamente todo el mundo cambiaba de terminal cada 2 años o menos. Pero esto ha cambiado, por lo menos en España, y ahora los equipos pasan al lado de sus dueños periodos bastantes superiores, lo que nos permitirá ir viendo que tal envejecer tienen estos equipos y sus baterías.

Hay otro detalle que algunos usuarios temen y no deberían. Es la falta de posibilidad de quitar la batería si el teléfono se cuelga. Cuando quitamos la batería lo que hacemos es un Soft-Reset, y esto se puede hacer también con los equipos unibody con una combinación de botones. Pero entendemos que si al cliente no se le informa del modo de hacerlo (combinación de botones) cuando tenga un cuelgue del teléfono puede llegar a desesperarse.

Personalmente he tenido que hacer algún que otro Soft-Reset a usuarios desquiciados.

En resumen, el mayor problema de los terminales con diseño unibody puede ser el mal envejecimiento de sus baterías y no podremos comprobar si es un problema grave o no hasta que pase algo más de tiempo. En nuestro caso los resultados obtenidos no ayudan a dar un veredicto, 2 Lumia 800 con resultados de 50-50 porciento, uno de ellos funciona como el primer día y el otro sí que está mostrando problemas de autonomía cada vez más preocupantes.